De los ácidos grasos que puedes encontrar en los aceites vegetales, dos de ellos son básicos para la vida humana.
El ácido oleico (monoinsaturado), supone el 56 al 83% del total de ácidos grasos del aceite de oliva virgen.
El ácido linoleico (poliinsaturado) esencial para el organismo, también está presente en el aceite de oliva virgen del 4 al 21%.
El alto contenido de ácido oleico en el aceite de oliva virgen es muy beneficioso para regular el colesterol, ya que hace aumentar el colesterol bueno (HDL), que protege y ayuda a reducir el colesterol malo (LDL), disminuyendo así el riesgo de trombosis arterial y de infarto.
Los beneficios del aceite de oliva virgen para el organismo son:
Sistema circulatorio: ayuda a prevenir la arteriosclerosis y sus consecuencias.
Sistema digestivo: mejora el funcionamiento del estómago y el páncreas, y el nivel intestinal.
Piel: efecto protector y tónico de la epidermis.
Sistema endocrino: mejora las funciones metabólicas.
Sistema óseo: estimula el crecimiento y favorece la absorción del calcio y la mineralización.
Las dietas ricas en aceite de oliva virgen se asocian a una baja mortalidad por infarto de miocardio.