Elaboración del Vino

La elaboración del vino tinto es un proceso antiguo que ha evolucionado con el tiempo. Normalmente consta de las siguientes fases:


1. Cosecha en el hemisferio norte. Las uvas se recogen entre los meses de septiembre y octubre, en su estado ideal de maduración.


2. Despalillado. La uva se separa del resto del racimo para eliminar las sustancias que puedan alterar su sabor y aroma.


3. Trituración. La uva pasa por una máquina estrujadora para romper la piel de la uva (hollejo) y extraer el mosto.


4. Maceración. La maceración del vino es esencial para la extracción de aromas, taninos y color. Consiste en almacenar el mosto y los restos sólidos de la uva en el mismo depósito durante 10-15 días


5. Fermentación alcohólica. Es un proceso biológico que tiene lugar en ausencia de oxígeno producido por las levaduras presentes en los hollejos de la uva, convirtiendo el contenido natural de azúcar en alcohol.


6. Desfangado. El líquido resultante se traslada a otro depósito para su prensado y eliminación de residuos sólidos.


7. Fermentación maloláctica. Este proceso reduce la acidez del vino y aumenta su suavidad y sus aromas. También mejora la estabilización del vino, evitando que se estropee con el tiempo. Este tipo de fermentación es esencial para el vino tinto.


8. Trasiego y clarificación. En esta fase se limpia el vino de impurezas y se eliminan los sedimentos sólidos que han quedado de las fases anteriores.


9. Envejecimiento en barrica. El vino se introduce en barricas de roble, transfiriéndole propiedades y modificando su carácter. Ver detalles más abajo.


10. Envejecimiento en botella. El envejecimiento del vino continúa en la botella, en ausencia de oxígeno, permitiendo que el vino se estabilice.